El deporte y el arte juegan un rol crucial en nuestra misión, no solo como una herramienta de salud física y emocional, sino también como un espacio de inclusión. Fortalecen la salud y ayudan a mejorar el rendimiento escolar de niños, niñas y jóvenes. A su vez, contribuyen a la generación de lazos virtuosos entre niñez, familia y espacios comunitarios.
Por otro lado, los espacios recreativos son la principal referencia luego de la escuela y son generadores de inclusión y oportunidades. Torneos, encuentros barriales y talleres fortalecen la comunidad y generan vínculos positivos en entornos seguros.

En el último año, hemos ampliado nuestro trabajo hacia las adolescencias, desarrollando proyectos que abordan sus desafíos e inquietudes en contextos complejos. En barrios donde la deserción escolar crece y el narcotráfico avanza, nuestros espacios y actividades se convierten en un abrazo colectivo y una alternativa real para construir un futuro diferente.